viernes, 19 de octubre de 2012

Tercera y última parte de "Esencias"


"Ahora sus escamas eran del color de la plata, y sus garras y dientes eran del color del oro. Pero lo más impresionante era que tenía dos enormes alas, una a cada lado del cuerpo, del mismo color de las escamas, de un color plateado deslumbrante.

Xaygón se miró y sonrió, después miró a Drailha con gratitud y con sorpresa:

-Mírate, Drailha.

Ella lo hizo.

Se quedó impresionada, sus alas eran más grandes y brillantes que antes y había cambiado. Ya tenía la misma edad que Ubtiel, unos novecientos años y lo mejor era que tenía más sabiduría que él. Ya nunca más volverían a menospreciarla por su edad.

Drailha y Xaygón se miraron, sonrieron y a la vez dijeron:

- Gracias.

Drailha volvió a mirar las alas de Xaygón y dijo:

-Ahora eres una mezcla entre mi esencia y la tuya, y yo igual. Lo justo sería compartir también el nombre del otro ¿no?

Xaygón sonrió y dijo:
 
-Sí, es lo justo.

Drailha declaró:

-A partir de ahora tú portarás el nombre por el que debemos de llamarte a ti y a los de tu especie, Dragón.

Y Dragón dijo:

-Y tú serás el único ser que compartió su esencia con la de un Dragón, Xayilhia.

Xayilhia respondió:

-Acepto el nombre que me has dado.

Dragón selló el pacto diciendo:

-Acepto el nombre que me has dado.

Ambos sonrieron.

Al día siguiente, Dragón y Xayilhia. Partieron juntos, ambos felices, ambos compartiendo la felicidad del otro. Cuando el sol se puso sobre el horizonte, alcanzaron Yaehlo y se quedaron a una distancia lo bastante prudencial como para que los vigilantes no detectaran a Dragón. Este dijo con un deje de tristeza en la voz:

-¿Vas a volver?

-No, desobedecí las órdenes de mi maestro y por eso me pueden castigar, además, no sería bien recibida por ayudar al enemigo.

-Entiendo. ¿Nos vamos entonces?

Xayilhia miró la ciudad que la había visto crecer y dijo, con aplomo:

-Sí.

Entonces, ambos, Dragón y Xayilhia, irguieron sus alas y volaron hacia el sur. Dejando atrás la leyenda de la creación del primer dragón gracias a la esencia de un ángel. Del primer ángel que había compartido su esencia con la de un dragón."

Bueno, hola ante todo y perdón por si el principio de la entrada os ha sorprendido, pero, como os podéis imaginar y tal y como dice el título, es la tercera y última parte de "Esencias" el relato
 que comencé hace dos entradas. Por si aún hay algún despistado o despistada pongo los enlaces de la primera y segunda parte:


Espero que el final no os haya defraudado, como veréis, es mi "mito personal" acerca de la creación del primer dragón, esta vez a cargo del poder angélico y el deseo de ser libre, que es lo que sienten ambos personajes principales.
Nos vemos!! :) 
  

jueves, 11 de octubre de 2012

Segunda parte de "Esencias", pero antes... Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos cumpleaños feliz... Esta típica melodía habrá sido escuchada en el día de hoy por una persona a la que, sin conocerla, aprecio mucho, por ser tan buena escritora y por servirme de inspiración para mis relatos.

Felicidades, Laura Gallego!! 




 Así es, hoy, 11 de octubre, nuestra querida escritora que tanto éxito ha tenido con sus historias, cumple años. Y por eso, quiero dedicarle unas palabras como admiradora suya que soy:
Laura, me adentré en el mundo de tu escritura con los libros "Alas de Fuego" y su continuación, "Alas Negras" de la mano de tu narración, a través de ese ángel con las alas rotas llamada Ahriel, conocí tu forma de ver las cosas y poco a poco, me fui adentrando en todas tus historias hasta el punto de comenzar a descubrir mi oculta aficción por lo fantástico y lo mágico. No tengo más palabras para describir lo que siento al comenzar un libro tuyo, las emociones que experimento al avanzar en la historia, ni lo que siento al terminarla. Casi puedo palpar el suelo que pisan tus personajes al leer tus historias, casi puedo oírlos. Creo que conmigo has conseguido el efecto que, según mi opinión, debe tener una historia, introducir al propio lector en su interior, no dejarlo tan solo como un mero espectador. 
Gracias, Laura :) Espero que algún día podamos conocernos en persona.

Y, sin más dilación, os dejo con la segunda parte de "Esencias", el relato que comencé en la entrada anterior:


"Era su maestro, Ubtial, tenía unos novecientos años, a ojos humanos aparentaba el aspecto de un chico de veintiuno, a esa edad ya se te reconocía como adulto en la sociedad angélica. Era moreno de ojos azul turquesa y sus alas eran más grandes que las de Drailha, pero igual de bonitas.
 Fruncía el entrecejo en señal de desaprobación, lo que irritó aún más a Drailha, que dijo:
-A luchar.
-Sí claro, a enfrentarte a un monstruo que ni siquiera sabemos lo que es. Y si te pasa algo ¿qué?
-No me va a pasar nada.-respondió Draihla.
-¿Cómo que no?-dijo él- Draihla, por el Omnipotente, sólo eres una niña...
-¡No! ¡No soy una niña! ¡No soy una pobrecita e inofensiva niñita! ¡Soy más que eso! ¡Lo puedo demostrar!
-Drailha, escucha...-empezó Ubtial.
-¡No! ¡No escucho!-dijo muy alterada, pero después al ver la cara de preocupación de su maestro continuó, más calmada- Escúchame tú, por favor. Mira, los ángeles de mi edad no somos valorados, simplemente por tener esta edad somos unos niños que no sabemos nada del mundo, pero eso no es cierto. Y lo voy a demostrar.
Sin dejar que Ubtial dijera una sola palabra, Draihla lo esquivó y se dirigió donde los ángeles que quedaban, aproximadamente unos dos mil, luchaban con el monstruo desesperadamente. Draihla iba a unirse a ellos en las primeras filas cuando algo increíble le ocurrió.

Sin saber como, se encontró cara a cara con el monstruo mirándole fijamente a los ojos, los ojos negros de la criatura se cruzaron con los ojos verdes de Draihla y, en ese instante, Draihla sintió como un único pensamiento invadía su mente. El pensamiento procedía del monstruo y decía:
 “Ayuda... Socorro... Yo... Paz... No... Matar...”

Y silencio.

El monstruo comenzó a precipitarse hacia el suelo. Drailha, sin saber muy bien  por qué, comenzó a bajar en picado también, dejando a los ángeles guerreros celebrando la victoria.

Antes de que el ser chocara contra el suelo, Drailha, haciendo uso de lo aprendido en la escuela angelical, utilizó su poder para depositar a la criatura en una nube lo bastante lejos de Yaehlo como para que nadie la viera. Se posó en la nube, comenzó a acercarse con cautela al cuerpo del ser y empezó a observarlo. Tenía unas heridas de poca importancia, pero en el costado y en el lomo había unos cortes muy feos, no le habían dañado ningún órgano vital pero aún así, por la respiración se notaba que estaba muy débil. Drailha, compadecida del ser, empezó a iniciar elcírculo curativo”. Sin saber por qué, ya no sentía ninguna presencia de poder maligno.

Cuando terminó el “círculo curativo” y el ser se sumió en un sueño tranquilo con una respiración pausada y serena, eran sobre las cuatro de la madrugada y Draihla estaba muy cansada, tanto por las emociones del día como por el cansancio del “círculo curativo” y la preocupación por como habría quedado Yaehlo después de la batalla. Antes de recostarse en la nube y envolverse en sus alas para entrar en calor y poder dormirse, miró a la criatura que había provocado todo eso y murmuró:

-Mañana me contarás por qué.

Al alba del día siguiente, Drailha se despertó y contempló el amanecer, siempre le había gustado mucho esa parte del día y también el atardecer. Cuando el sol salió entero mostrando todo

su esplendor, Draihla despertó al ser que dormía plácidamente con todas sus heridas curadas:

-Tú, despierta.

La criatura abrió sus grandes y oscuros ojos y su boca en un gran bostezo. Se miró a sí mismo y en su cara se dibujó la sorpresa al ver todo su cuerpo sin una sola cicatriz ni una gota de sangre, miró a Drailha y, para sorpresa de ella, habló diciendo:

-¿Has sido tú quien ha curado todas mis heridas y a quien le transmití mi pensamiento ayer?

-Sí, esa soy yo. Me llamo Drailha.

-Muchas gracias, te debo la vida. Mi nombre es Xaygón.

Hubo un largo silencio que fue roto por Drailha al preguntar:

-¿Por qué atacaste la ciudad? ¿Por qué al verte por primera vez en Yaehlo sentí una ola de energía demoníaca y después, al curarte, no?

Xaygón se quedó callado un momento y después suspiró antes de contestar:

-Para contestar a esas dos preguntas debo contarte una historia -guardó silencio y continuó- Yo procedo de un lugar lejano al que no voy desde hace mucho tiempo, tanto, que ya no recuerdo como es. Un día que prometía ser apacible, hubo un terremoto tan fuerte que la tierra se abrió en una ancha, larga y profunda grieta por la que, a raudales, surgieron los demonios. Como no nos lo esperábamos, no pudimos defendernos y nos capturaron.

>>Nos llevaron con ellos a las profundidades de la tierra, hasta el infierno, y allí nos vendieron a toda la manada a los grandes señores de ese lugar, los grandes señores que estaban un peldaño, por así decirlo, por debajo del gran señor del infierno. Nos trataban como mascotas, como si fuésemos unos simples animales de compañía.

>>Todos murieron, algunos de pena, otros de nostalgia, pero todos sin excepción fallecieron en ese horroroso sitio. Sólo quedaba yo. Mi amo, al verse envidiado por ser el único al que no se le había muerto la mascota, se enorgulleció y, para aumentar su poder y verse así más envidiado, decidió hacer una incursión en una ciudad angélica para entretenerse un rato, y me usó a mí como montura.

>>La energía maligna que sentiste ayer en la ciudad era de mi amo pero, cuando se dio cuenta de que aquello era imposible y que le iban a capturar me dejó solo ante el peligro. Parte de mi energía era de él y, al fugarse, me dejó muy debilitado. Después llegaste tú y te pedí ayuda con el pensamiento. Agotado, me dejé caer y perdí el conocimiento. Como mi amo se fue, se llevó mis fuerzas y su esencia demoníaca, por eso no la has vuelto a sentir.

Drailha, impresionada por la historia, cayó en algo en lo que no se había dado cuenta antes:

-¿Tu amo volverá a por ti?

-A no ser que cambie una parte de mi esencia por otra para que no me reconozca, sí.

Drailha se paró a pensar, le había caído bien Xaygón y además no quería que muriera en el infierno como el resto de su manada. De repente exclamó:

-¡Xaygón! ¿puedes volar?

-Ahora no, el que me daba la capacidad del vuelo era mi amo y ahora que no está puedo volar tanto como una lagartija.

-Pues entonces, tengo una solución que nos puede beneficiar a los dos.

Los ojos oscuros de Xaygón relucieron con un brillo de emoción:

-¿De verdad?

-Claro, yo te daré una parte de mi esencia para que puedas volar y tú me darás parte de la tuya para tener más sabiduría de la que tengo. ¿Qué te parece?

-¡Perfecto! ¡Es lo mejor que he oído en mi vida!

-De acuerdo, ahora relájate, necesito tranquilidad.

Xaygón se volvió a tumbar y miró fijamente a Drailha a los ojos, ella se acercó y le puso las manos en la cabeza. Se arrodilló y se concentró.

Drailha comenzó a entrar en la conciencia de Xaygón, descubriéndola y dejó a Xaygón entrar en la suya. Cuando hubo una conexión lo bastante fuerte entre los dos, Drailha conectó su esencia con la de Xaygón y comenzó a transferir parte de la energía de su vuelo y pensamientos relacionados con ello hasta la energía de Xaygón. Este, por su parte, iba transfiriendo parte de su sabiduría a Drailha. Así estuvieron un buen rato, conectando sus dos esencias, descubriéndose, encontrándose. De repente, del cuerpo de Xaygón surgió un rayo de luz plateado que lo envolvió por completo. Drailha tuvo que taparse los ojos ante esa visión tan deslumbrante y, cuando los volvió a abrir, tuvo que taparse la boca para no gritar de sorpresa.

Xaygón había cambiado."

Bueno, hasta ahí puedo leer.
Pronto, la tercera y última parte de "Esencias".
Nos vemos!! ^^  





viernes, 5 de octubre de 2012

En esencia...

Hola a tod@s!! Sé que he estado varias semanas sin dar señales de vida, pero ya sabéis cómo son las obligaciones, y espero que entendáis que puede que a partir de ahora, y hasta que vuelvan las vacaciones, estaré más ocupada y no podré publicar entradas con tanta frecuencia :)

Bueno, como hace bastante tiempo que no publico ningún relato, he decidido que lo mejor para comenzar el otoño en el blog, es contaros un relato que es muy especial para mí. Os contaré el por qué, es el primer relato que presento a un concurso "formal" y quedó finalista en la categoría juvenil :) No puedo dejar de sonreír al pensarlo, cuando llegó la carta que anunciaba la posición en la que había quedado, di un salto y me puse a reír. Mi madre pensaba que me había dado algo... xD
Y, sin más dilación, os dejo con mi relato preferido, aquel que surgió de mi imaginación la mañana que ponía final a la noche en la que, a mi parecer, me visitaron las Musas :) Os presento a "Esencias":



"Los verdes ojos de Drailha miraban a las nubes que en ese instante avanzaban por un cielo en el que reinaba el color del atardecer, meciéndose suavemente con la brisa que soplaba y, que a la vez, movía los oscuros cabellos largos de Drailha que caían en suaves ondas más allá de su cintura.

Era un ser precioso, el cuerpo estaba perfectamente proporcionado con la cabeza, cuya cara era redonda, y además de esos bonitos ojos, poseía una nariz pequeña y delicada, y unos labios rojos y finos. Pero lo que más llamaba la atención de Drailha, en lo que te fijabas primero, era en unas poderosas y suaves alas que se erguían majestuosamente a su espalda. Tenían un color blanco tan puro que relucían a la luz del sol reflejando todos sus rayos como si fueran de oro. Drailha aparentaba unos doce años, pero en realidad tenía más de cien.

A esa edad, para los ángeles, Drailha aún era una cría que no entendía nada del mundo, una chica que no sabía ni manejar una espada ni pensar con sabiduría. Pero Drailha no era nada de eso, cierto es que aún no había aprendido a manejar la espada con gran soltura pero era muy inteligente y astuta, por eso le molestaba que los demás ángeles mayores pensaran así de ella.

Drailha vivía en Yaehlo, una de las ciudades en los cielos donde habitaban los ángeles. Yaehlo era una ciudad tan perfecta como sus habitantes. Sus edificios estaban hechos de un material muy especial, cristal de nube. Los cristales de nube, como su propio nombre indica, era una especie de cristal obtenido a partir de una sustancia azulada de las nubes que aparecen primavera y verano, invisible a ojos humanos y a sus experimentos e investigaciones científicas. El secreto del cristal de nube sólo lo conocen los ángeles. Las calles no estaban hechas de ningún material, los edificios flotaban sobre las nubes y los ángeles, al ser tan livianos, cuando no volaban caminaban sobre ellas.

Drailha pensaba en todo eso cuando un grito desde la calle seguido del sonido de la trompeta de advertencia desde una de las torres de vigilancia, la sobresaltó, ese sonido quería decir que algo peligroso se acercaba y llamaba al ejército de Yaehlo a defender la ciudad o, al menos, a averiguar qué es lo que se acercaba.

Drailha puso un pie en el alféizar de la ventana y salió afuera con un impulso de sus poderosas alas. Se quedó en el aire batiéndolas despacio y suavemente, como no tenía una buena visión de lo que pasaba, subió un poco más arriba para ver mejor.

Se quedó de piedra.

Recortada contra la luz del atardecer en el horizonte, una figura se acercaba. Tenía la forma de una serpiente pero era muchísimo más grande y larga, flotaba en el aire como si de una nube de tormenta se tratase y sus escamas brillaban con un rojo sangre como la piel de los demonios. Su cola, acabada en punta, tenía la forma de un temible látigo capaz de llevarse por delante a ciudades enteras de humanos, para derribar una ciudad angélica haría falta un poco más que eso, pero aún así seguía siendo un arma temible. El ser tenía abierta la boca en la que se veían unos temibles y afilados dientes y una lengua larga. Sus patas poseían unas escalofriantes garras negras que cortaban la respiración.


En decir todo esto se tarda mucho, pero Drailha lo vio todo en dos segundos y mientras miraba a esa criatura tan terrible una ola de magia demoníaca la invadió como si de un torrente se tratase, tan fuerte que la dejó sin respiración y descendió unos metros pero volvió a recuperarse y se elevó de nuevo.

Los primeros ángeles guerreros, al sentir esa ola que había sentido Drailha antes, no dudaron ni un instante y se abalanzaron sobre la criatura. Esta, al sentir que se acercaban, se puso en guardia y el poderoso rugido que surgió de las profundidades de su garganta hizo que del cielo brotara un relámpago seguido del sonido del trueno. Drailha miró hacia arriba, grandes nubes de tormentas empezaron a formarse sobre su cabeza donde antes había un apacible cielo de atardecer. 

Drailha no sabía que hacer pero vio que los demás ángeles, que como ella eran demasiados jóvenes para participar en una batalla de ese calibre, se escondían asustados en la gran biblioteca angélica. Ella, en ese instante, se dio cuenta de que no era como ellos, no se escondería como un pajarillo asustado porque un gran halcón lo perseguía.

No, ¡ya estaba bien!


Se acabó eso de ser una niña a la que sus mayores la consideraban inocente e inculta, se acabó el que no te consideraran por ser pequeña, ella era mucho más valiente que ellos, seguro. Y lo iba a demostrar.

Con un grito de guerra, desenfundó su espada, que llevaba siempre colgada a la cintura, y se dirigió hacia la batalla, pero alguien se interpuso en su camino:
 -¿Adónde crees que vas?"

Y, nunca mejor dicho, hasta ahí puedo leer :) 
Pronto, la segunda parte... 
Nos vemos!!